17.8.04

De Arguiñanos y Adriás

"No sé ustedes, pero yo colecciono gilipolleces. Quiero decir que de vez en cuando recorto algo de los diarios o las revistas, un reportaje, un titular, un pie de foto, y lo guardo en una carpeta.[...]
La de hoy son seis páginas de revista con sugerencias para comer cuando uno está solo en casa. Basándonos en situaciones, dice el texto, que se nos pueden presentar un día cualquiera. Es decir, que estás viendo la tele, por ejemplo, te entra hambre y no tienes ganas de bajar a un restaurante, así que decides hacerte algo con lo que tienes en el frigorífico. Algo en plan aquí te pillo aquí te como. Y para esa eventualidad, el reportaje que comento, firmado por un gastrónomo, un fotógrafo y una estilista, aporta valiosas sugerencias de cuya sencillez pueden ustedes hacerse idea si les digo que en la primera –flauta de aguacate y anchoas– el aguacate, previamente picado en trozos y bien tamizado por el colador, debe terminar siendo emulsionado con el aceite, etcétera.
En caso de que inesperadamente suene el timbre, nos caiga una visita inesperada y haya que apañarse con cualquier cosa, el reportaje sugiere algo también sencillito: unas alcachofas con huevos y huevas –observen el toque gastronómicamente correcto– para las que sólo hace falta tener a mano, como todo el mundo tiene, seis alcachofas medianas, seis huevos de codorniz, seis cucharadas de huevas de trucha y un kit –el texto dice eso: kit– de puntilla afilada, freidora y grill. También cabe la posibilidad, dice el utilísimo texto, de que uno llegue cansado de trabajar y no tenga ganas de ponerse a cocinar.
En tal caso, lo adecuado es una simple esquiexada de bacalao con olivas negras, para la que basta abrir el frigorífico y sacar de él cien gramos de bacalao desalado, tomate, cebollas tiernas, perifollo, cebollino y pasta de aceitunas, con el correspondiente kit. Pero ojo. Si, en vez de trabajar, de donde viene uno es del gimnasio, lo adecuado para hacerse algo rápido, simple y casero, es una ensalada de pasta y langostinos con tomate, frutos secos y aceite de tina, cuidando, sobre todo, hacer una pequeña incisión al langostino a lo largo del primer tercio, detalle que nos dará una presentación adecuada a la hora de saltear. Y por supuesto, emulsionar o no el aceite, según se tercie. La pasta –esa concesión es clave– puede ser del color que deseemos, por supuesto. Siempre y cuando sea fina, hecha madejitas, y se coma con palillos chinos. Así que ya lo saben. Si no quieren quedar ante sí mismos y ante las visitas inesperadas como unos ordinarios y unos carcas, ni se les ocurra pensar en huevos fritos, tortilla a la francesa o lata de fabada. Por Dios. Y mucho menos en un bocata de vulgar chorizo. Niet. Cualquiera de las anteriores sugerencias le harán sentirse un cinco tenedores casero. Diseño y gastronomía a su alcance para ver el fútbol, o el telediario. Y eso, insiste el texto, sin complicarse la vida. Palabra.

Lo que siento de veras es que no puedan ustedes ver las fotos."

By Arturo Pérez-Reverte, http://www.periodistadigital.com/object.php?o=28452


Y digo yo... Amén. xDDD





PD. mañana os cuento algo. Palabra.

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