21.4.08

Blahnik de alta montaña


El tiempo (meteorológico, se entiende) está loco. Ya sabemos todos aquello de "En abril, lluvias mil" pero la cosa está pasando de castaño oscuro ya, que nooo veas el temporal que nos ha llegado por estos lares. Vamos, que ni en pleno enero, oiga!

Y todo esto viene a que por estas fechas quien más y quien menos tenemos algún que otro evento eclesiástico: que si la boda de mi prima, que si el bautizo del vecino, que si la comunión del nene... Y claro, con los barómetros (y no del CIS) echando humo, a ver quién es la guapa que elige modelito. Porque lo del traje azul marino de los señores está claro. Pero... ¿y qué hacemos con las sandalias de tacón alto? ¿y con los palabra de honor y las sedas?

Y es que a veces parece que el tópico turista de "España, sol y playa" está hecho a nuestra medida, y nos creemos a pies juntillas que porque el calendario (y el Cortinglés) diga que ya es primavera tiene que serlo por narices.

Total, que allí me tienes, a 3ºC, con rachas de viento de tropecientosmil km/h y nevando, en plena montaña leonesa, y con las sandalias de raso y el vestidito de seda vaporosa. Y la cara de tonta que se te queda, con los osos allí viendo el espectáculo y pensando lo rara que es la gente de ciudad.


Y es que el refranero popular es sabio, y ya lo decía aquel: donde fueres, haz lo que vieres. Y la próxima vez, con Chirucas. Amos, hombre.

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